Hoy vamos a ser un poco más científicos, les remito este artículo que fue publicado en la revista “Journal of Cartilage Disease”, donde se habla sobre las diferencias, ventajas e inconvenientes del uso de ácido hialurónico y del plasma rico en factores de crecimiento. Quizá más destinado a profesionales de la sanidad, pero siempre a tener en cuenta para aquellos interesados en el tema.
La artrosis de la rodilla (gonartrosis) es una enfermedad que afecta al cartílago hialino con degradación de la matriz extracelular y lesión final de los condrocitos y del hueso subcondral. Es un proceso complejo de desequilibrio metabólico-inflamatorio en el que intervienen generadores de tipo genético y mecánico (inestabilidades y traumatismos).
El diagnóstico de la enfermedad es fundamentalmente clínico y radiológico. La variabilidad al discernir grupos diferenciados de pacientes con gonartrosis sigue siendo un problema para poder realizar terapias y estudios que homogenicen las conclusiones. La escala radiológica de Kellgren y Lawrence (KL) sigue siendo en la práctica clínica habitual uno de los instrumentos más utilizados para establecer una graduación de la enfermedad
Además, la existencia de dolor o de incapacidad para actividades diarias como síntomas subjetivos o difícilmente medibles hace que se recurra a diversos cuestionarios funcionales, como el WOMAC (Western Ontario and McMaster Universities Osteoarthritis Index), que nos ayuden en la decisión terapéutica final.
La preocupación real del facultativo hoy en día es establecer una línea de corte entre la terapia conservadora eficaz, en la que incluimos fisioterapia, analgésicos como paracetamol, antiinflamatorios no esteroideos (AINE), inhibidores de la ciclooxigenasa 2 o terapias intraarticulares como el ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas con ozono, los corticosteroides intraarticulares, y la cirugía.
Existen diversos tratamientos quirúrgicos (lavado articular artroscópico, osteotomías, cirugía del cartílago), pero la implantación de una prótesis total de rodilla (PTR) sigue siendo el método de referencia definitivo en el tratamiento de la enfermedad. La PTR ha mejorado significativamente la calidad de vida de los pacientes con gonartrosis avanzada. De hecho, en nuestro país, la implantación de una PTR suele reservarse para pacientes con grados radiológicos graves (3 y 4 KL), sin mejoría tras tratamiento médico previo y preferentemente mayores de 65 años
En los últimos años, los tratamientos locales mediante infiltración articular han crecido de manera exponencial y se ha pasado del uso únicamente de corticosteroides intraarticulares al de diversas sustancias, entre las que destacan por encima de todas la viscosuplementación con ácido hialurónico (AH) y el concentrado de plasma rico en plaquetas (PRP). Las expectativas puestas en este tipo de terapia intraarticular han desencadenado una avalancha de estudios y publicaciones a favor y en contra de su uso, que han llegado a desconcertar al profesional hasta el punto de cuestionarse su utilidad en la práctica clínica diaria. El momento culminante llegó con la publicación de las recomendaciones de la American Academy of Orthopaedic Surgeons (AAOS), en las que no se aconseja la utilización de AH para el tratamiento de la gonartrosis, con un grado de recomendación fuerte
Recientemente, un estudio de nivel 1 que ha comparado el uso de una inyección intraarticular de AH frente a corticosteroides revela unos resultados mejores a corto plazo para el corticoide y similares a los 6 meses8.
El Acido Hialuronico es producido por los condrocitos y los sinoviocitos articulares formando parte del líquido sinovial y de la matriz extracelular del cartílago hialino. Sus características fibroelásticas hacen que realice funciones de lubricación y amortiguador. Su concentración está disminuida en una articulación artrósica. La viscosuplementación nació con el objetivo de restaurar la concentración normal de AH. Los estudios de laboratorio han demostrado además su capacidad analgésica, anabólica y antiinflamatoria
El Plasma Rico en Plaquetas se consigue mediante la centrifugación de sangre autóloga enriqueciendo su concentración en plaquetas, evitando la aspiración de tejido leucocitario, cuyo lisado libera factores de crecimiento y moléculas con diversos efectos biológicos, entre los que destacan crear un medio adecuado para la reparación tisular. Bajo estos preceptos se ha comenzado a utilizar en diversas patologías sumada a la adiccion de ozono; en el ámbito de la traumatología, en todas aquellas situaciones en que se requiera mejorar la cicatrización o la reparación del tejido
Un estudio protocolizado por la Food and Drug Administration demuestra, en pacientes con osteoartritis tratados con PRP autólogo bajo en leucocitos+ozono, una mejora del 78% en la escala WOMAC, en comparación con un 7% en los que recibieron placebo
Que usar?
Una vez conocido que ambos tratamientos son eficaces en el tratamiento de la gonartrosis, el facultativo incide en la necesidad de buscar criterios que decanten el tratamiento hacia uno u otro método. ¿Qué es mejor? ¿Para quién es mejor? Diversos estudios han intentado comparar la efectividad de un tratamiento respecto al otro en diferentes circunstancias y con distintos resultados. En una revisión, Metheux et al. determinan que el PRP es más eficaz que el AH a los 3 y 12 meses de la infiltración en cuanto a las puntuaciones en el cuestionario WOMAC. Contrariamente a lo expuesto, Filardo et al, en un estudio aleatorizado de nivel 1, no encuentran superioridad clínica del PRP respecto a la viscosuplementación.
De todas formas, parece que el consenso general es que el PRP es más eficaz en los pacientes en estadios precoces de la enfermedad y jóvenes. En España también se han estudiado ambos tratamientos. Montañez-Heredia et al. llegan a la conclusión de que los dos son eficaces, destacando de nuevo la efectividad del PRP en los pacientes con bajo grado de gonartrosis
La inyección de ácido hialurónico (HA), a menudo conocida como viscosuplementación, está aprobada por la FDA para la artritis de la rodilla, Una vez inyectado, el líquido gelatinoso imita el líquido sinovial que rodea la articulación. Este fluido actúa como lubricante y amortiguador, permitiendo que los huesos se muevan más suavemente uno contra el otro.
¿Cómo se decide entre la inyección de ácido hialurónico o plasma rico en plaquetas?
La PRP ha demostrado ser no inferior (igual) e incluso superior a la HA en múltiples estudios.
El riesgo teórico de infección, o reacción autoinmune, es menor con la PRP ya que proviene de su propio cuerpo y contiene leucocitos (glóbulos blancos que combaten la infección).
En conclusión, múltiples estudios de alto nivel han demostrado que el plasma rico en plaquetas es tan efectivo o superior a las inyecciones de ácido hialurónico para la artritis de rodilla. No presenta riesgo de sinovitis reactiva. El riesgo de infección o reacción autoinmune debe ser mucho menor, y hay ahorros significativos en los costos en comparación con las inyecciones de ácido hialurónico.
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